Cientos de personas bajan del principal cerro de Caracas con la palma del Domingo de Ramos

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Caracas, 12 abr (EFE).- Cientos de personas descendieron este sábado del principal cerro de Caracas, conocido como el Ávila y oficialmente Waraira Repano, con palmas amarradas para celebrar el Domingo de Ramos de la Semana Santa, como parte de una tradición religiosa en una localidad de la capital venezolana que data del siglo XVIII.

"Yo quiero ser un palmero, quiero subir al cerro, para cortar la palma" era una de las frases que coreaban los más de 400 'palmeros de Chacao' -nombre del municipio caraqueño que acoge la tradición- que, según cifras oficiales, participaron en la actividad, en su mayoría desde el pasado martes, cuando subieron el cerro.

"Nos sentimos felices y orgullosos de que cada vez más gente se suma", dijo a la prensa el alcalde de Chacao, Gustavo Duque, quien destacó la presencia de los 'palmeritos', es decir, los 150 niños formados para unirse a esta antigua tradición venezolana con la que se inician las actividades de la Semana Santa y que subieron el viernes.

El funcionario expresó que la tradicional bajada honra "la memoria también de los palmeros mayores que ya no están" y "une a los pueblos en la fe".

"Esta tradición (...) reencuentra al venezolano juntamente con lo que nosotros queremos en este momento, con lo que más grande nos hace, que es la unión en paz y orando todos como hermanos sin ninguna distinción, para poder llevar esa palma bendita a la iglesia de San José, del casco de Chacao", señaló.

El alcalde reconoció el esfuerzo y el trabajo que hacen todos y, en especial, la organización Palmeros de Chacao, que dedican "todos los meses del año" en "velar por que el mantenimiento de la palma pueda trascender en el tiempo".

Antonia García, de 81 años de edad, dijo a EFE que ha sido palmera "toda la vida" y también ayuda como "patrona" a las nuevas generaciones, a las que llama a seguir todas "las instrucciones que se les dé para que esto funcione siempre".

"Más que una tradición, es una promesa que hay que cumplir. (...) Es una misión, y aquí estamos, en el nombre de Dios (...) Somos patrimonio nacional", agregó.

Por la actividad, en la que estuvieron también 'boy scouts', casi una decena de calles y avenidas estuvieron cerradas de forma parcial en el municipio.

La tradición, seleccionada en 2019 en el registro de buenas prácticas de salvaguardia de la Unesco, data de la época colonial del país, cuando hubo una epidemia de fiebre amarilla traída por esclavos africanos que mató a la mitad de la población.

Los campesinos y braceros, tras acabar la peste, acudieron al monte a buscar palmas para ofrecérselas a Dios todos los años en señal de agradecimiento y coincidiendo con el comienzo de la Semana Mayor. EFE

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