
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, concluye este viernes su gira asiática con una reunión con el presidente de China, Xi Jinping, que se produce en medio de una escalada arancelaria entre Estados Unidos y el gigante asiático y tras las advertencias lanzadas por la administración de Donald Trump a España por su acercamiento a Pekín.
Después de pasar dos días en Vietnam y reunirse con las principales autoridades del país, Sánchez afronta la parte más importante de su viaje oficial y este viernes llega a Pekín en un momento de máxima tensión entre las dos principales potencias mundiales, con aranceles cruzados disparados.
El Gobierno, además, rechaza las críticas dirigidas a España por el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, e insisten en que en el actual contexto, deben abrir nuevos mercados a las empresas españolas, y eso es precisamente lo que está haciendo Sánchez, según defienden fuentes gubernamentales.
LLEGA A PEKÍN TRAS EL ÚLTIMO GIRO DE TRUMP
A Sánchez le ha sorprendido en pleno viaje el último giro dado por Trump este miércoles, cuando anunció una tregua parcial de 90 días a los aranceles a todos los países del mundo --incluido España y la Unión Europea-- y una subida al 104% a China, que a su vez ha incrementado las tasas a los productos de Estados Unidos hasta el 84%.
Desde Vietnam, el jefe del Ejecutivo celebró esta pausa de tres meses a los aranceles y dijo que era "una puerta a la negociación" y al acuerdo entre países e insistió en que "nadie gana" en una guerra comercial. En los últimos días, por tanto, la situación ha variado de un enfrentamiento de Estados Unidos con prácticamente todos los países del mundo a un conflicto comercial directo entre Estados Unidos y China.
En este contexto llega Sánchez a Pekín, donde mantendrá un encuentro con empresarios chinos, potenciales inversores en España y posteriormente --a las 05.00 horas de España-- se reunirá con el presidente Xi. Posteriormente, alrededor de las 07.30 horas atenderá a los medios de comunicación y finalmente cerrará el viaje con una última recepción junto al primer ministro Li Qiang.
"SERÍA COMO CORTARSE EL CUELLO"
El encuentro entre Sánchez y Xi, por tanto, viene marcado por las palabras del secretario del Tesoro de Trump, que criticó el planteamiento de que Europa debería buscar un mayor alineamiento con China ante el giro de las políticas comerciales estadounidenses y atribuyó esa postura al Gobierno de España.
"No estoy seguro de si el primer ministro o el ministro de Economía de España, hizo algunos comentarios esta mañana", dijo Bessent este miércoles. Un planteamiento que tildó como "una apuesta perdida para los europeos". "Eso sería cortarse el cuello", lanzó
En Moncloa aseguran que no les preocupa y siguen defendiendo la pertinencia del viaje, en un momento de incertidumbre en el que es necesario diversificar mercados y ampliar las ventas de las empresas españolas en países con mucho potencial y tasas de crecimiento elevadas que en este momento venden a España mucho más de lo que compran.
Además rechazan estas críticas, defienden la independencia de Sánchez para realizar los viajes que considere oportunos frente a cualquier intento de veto. "Hay que buscar nuevos mercados y el presidente del Gobierno está en eso", señalan fuentes del Consejo de Ministros.