La mano izquierda de Hansi Flick

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Francisco Ávila

Barcelona (España), 10 abr (EFE).- El Barça de los récords, el que aspira a todo, el equipo invicto en 2025, el conjunto inspirador para el fútbol actual paradójicamente no se ha cocinado a fútbol lento, sino con el sello de Hansi Flick, llegado sólo hace ocho meses al club; un técnico que se ha ganado el respeto del barcelonismo y ha recuperado las señas de identidad que le llevaron a ganarlo todo con el Bayern Múnich.

El técnico de Heidelberg, la vía alemana que Joan Laporta eligió por delante de Thomas Tuchel y de Julian Nagelsmann, en pocos meses ha dejado su impronta en la entidad azulgrana, acostumbrada a entrenadores de primer nivel y de perfiles muy diferentes, y ha conseguido la mejor versión de gran parte de la plantilla.

"Su secreto está en la gestión del vestuario, que es muy buena a pesar de la complicación que entraña", cuentan a EFE desde el club barcelonista. Tenía tal conocimiento del Barça antes de llegar que, cuando aterrizó el verano pasado, sabía qué teclas tenía que tocar e incluso conocía a jugadores que no estaban en el foco.

Así, no planteó el fichaje de un mediocentro y le dio la alternativa a Marc Bernal, un joven que tuvo la mala suerte de romperse a las primeras de cambio. Después dio galones a Marc Casadó, cuando la lógica apuntaba a que sería Frenkie de Jong el elegido.

"Es que ha hecho ver al equipo que no hay once titulares, sino que tiene enchufados a dieciséis o diecisiete futbolistas y eso cuando tienes tantos partidos es fundamental", asegura otra fuente a EFE.

Otro ejemplo para comprender cómo Flick gestiona su equipo es el caso de Wojciech Szczesny e Iñaki Peña. Perdió la confianza en el canterano y recuperó a un portero que estaba retirado, jugando al golf en Marbella y que había decidido dedicarse a su familia tras su paso por grandes clubes europeos como el Arsenal y la Juventus.

Y una vez más los números le dan la razón. El polaco, desde que se ha instalado bajo los palos de la meta del Barça, no ha visto ni una derrota de los suyos. Dieciocho victorias y tres empates en 21 partidos con once porterías a cero.

Vio claro que Iñigo Martínez, que está cumpliendo una de las mejores temporadas de su carrera, debía ser el acompañante de Pau Cubarsí en detrimento de Ronald Araujo. Y después está cómo ha gestionado los minutos de los jóvenes.

El último caso es el de Ansu Fati, que, tras 21 partidos inactivo, tuvo unos minutos el miércoles ante el Dortmund en sustitución de Lamine Yamal. Dicen que el de Rocafonda pidió el cambio para que Ansu, uno de sus mejores amigos, pudiera jugar.

Algo parecido pasó hace unos meses, cuando Gavi tenía que entrar en juego por Frenkie de Jong y el andaluz preguntó a su entrenador si podía darle ese tiempo a Pablo Torre, como así ocurrió.

Y a Flick, de momento, le salen todas las cuentas. Los números de sus jugadores así lo demuestran, como la barbaridad de goles que lleva la tripleta de delanteros (Lewandowski, Raphinha y Lamine), autores de 82 de los 145 goles que suma el equipo en 48 partidos.

Lewandowski, con 40 goles, vive una segunda juventud; Raphinha es el máximo goleador de la Liga de Campeones (12) y Lamine el genio de la lámpara que bate récords de precocidad.

Comparado con las tripletas de los grandes clubes, la del Barça suma 15 tantos más que la formada por Mbappe, Vinicius y Rodrigo (67) o diecisiete más que la del Bayern de Múnich (Kane, Musiala, Olise).

En asistencias, las tres delanteros del Barça suman 40, cinco más que las tripletas atacantes del PSG, ocho más que la del Liverpool, 12 más que la del Bayern y catorce más que los tres delanteros titulares del Real Madrid, según datos ofrecidos por BeSoccer Pro a EFE.

Los 145 goles anotados en 48 partidos dan un media de 3,03 por encuentro, el mismo promedio que el firmado por el Barça en la 2011-2012; la racha de 23 partidos invictos sitúan al equipo de Flick sexto de la historia por detrás de las series de Luis Enrique (39 partidos invicto con el Barça), Valverde (29), Guardiola (28), Michels (27) y Rijkaard (24).

Por cierto, en el once que goleó al Dortmund, repitieron siete futbolistas de la debacle europea de hace un año en cuartos ante el Paris Saint-Germain. Szczesny entró por el lesionado Ter Stegen; Íñigo por Araujo, Balde por Cancelo y Fermín por Gundogan; en una nueva demostración de la importancia del banquillo.

Desde el club aseguran que Flick ha cambiado muchas dinámicas, algunas que se ven y otras de carácter interno, y que su política de mano izquierda le ha servido para ganarse el respeto de todos. De momento, todo funciona como una seda. EFE