Rice desafía lo imposible

Manuel Sánchez Gómez

Londres, 9 abr (EFE).- 338 partidos, diez lanzamientos de falta y cero goles. Incluso Martin Odegaard se acercó a Declan Rice y le dijo que la centrara. Hasta que el centrocampista, el jugador más caro de la historia, vio la barrera y vio cómo estaba colocado Courtois, recibió el visto bueno de Bukayo Saka, a unos metros de él, y decidió marcar no uno, sino dos de los mejores goles de falta en la historia de la Champions League.

"Hacía tres años y medio que no marcábamos de falta", recordó Mikel Arteta en la rueda de prensa posterior a la que ya se recuerda en el Emirates Stadium como la mejor victoria en este estadio. El 21 de septiembre de 2021, contra el Burnley y con Odegaard como autor. Ese fue el último tanto de falta de los 'Gunners' en cualquier competición.

En el caso de Rice, sus dos golpeos fueron aún más sorprendentes, porque, como profesional, nunca había anotado un gol de falta directa. Los diez lanzamientos que había intentado en su carrera con West Ham United, selección inglesa y Arsenal nunca entraron.

"Muchas veces he pegado en la barrera o por encima del larguero. Iba a centrar, pero vi a la barrera y al portero y pensé "vamos a por ello", dijo Rice en Amazon Prime. "En el segundo gol ya tenía esa confianza, así que le pegué directamente".

La imagen de Nicolas Jover, el preparador de faltas del equipo, haciéndole un gesto a Rice para que tratara de sortear la barrera por el lado de Fede Valverde, se hizo viral, pero lo que de verdad impulsó al centrocampista a probar suerte fue el ánimo de Saka. "Me dijo que le pegara y lo sintiera", reconoció.

Desde la grada disfrutaron del gol leyendas de esto, Michael Laudrup, Cesc Fábregas, Thierry Henry y, sobre todo, Roberto Carlos, al que se le recordó su gol ante Francia, la bomba teledirigida, por las reminiscencias que podía guardar con el precioso disparo de Rice.

Incluso sus compañeros se llevaban las manos a la cabeza cuando vieron que no solo marcó el 1-0, también el 2-0, con un remate diferente, esta vez sin ayudas del muro o del portero. Un disparo directo a la escuadra de una factura magnífica y prodigiosa.

Un lanzamiento que, según la estadística, tenía un 97 % de probabilidades de entrar. Ni siquiera Courtois, seguramente el mejor portero del mundo, pudo hacer que ese 3 % restante sirviera para mantener al Real Madrid vivo en este encuentro. El guante del belga pasó a metros del dibujo de Rice, algo casi imposible de ver hoy en día.

Con todo el mundo pendiente de las faltas y los saques de esquina, las tan cacareadas ventajas del Arsenal en esta eliminatoria, los de Arteta sorprendieron con dos faltas directas, las primeras de su historia marcadas en una eliminatoria de Champions para avistar unas semifinales por primera vez en dieciséis años.

No fue mal momento para que Rice decidiera estrenar sus faltas directas. EFE