Cadáveres de niñas y adolescentes bajo los escombros por el bombardeo israelí en Shujaiya

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Ciudad de Gaza, 9 abr (EFE).- La gazatí Sanaa Rayab presentía que algo malo podría ocurrir en su vecindario de Shujaiya, en la norteña ciudad de Gaza, y asegura que por eso abandonó su casa hace cuatro días. Hoy, un avión israelí bombardeó el edificio entero, matando al menos a 23 personas, incluidos ocho niños, según Sanidad.

"Jóvenes, mujeres chicas y adolescentes siguen bajo los escombros. Hay cuatro cadáveres solo bajo mi edificio", dice a EFE esta profesora del Corán, que asegura haber caminado sobre "sangre, extremidades y escombros" tras el ataque.

Sanaa y otros vecinos se afanan por ayudar a los rescatistas de la Defensa Civil a hallar, entre los cascotes y el polvo, a cuerpos y supervivientes entre quienes fueron sorprendidos en sus casas. "No nos avisaron, dijeron que esta calle no estaba incluida en la zona de evacuación", dice esta mujer.

Mientras habla, un grito se eleva entre la multitud y entonces los rescatistas alzan el cuerpo con vida de un niño entre los escombros, según constató EFE.

Un hombre lo envuelve en una manta y, tras vendarle una herida en la cabeza, lo traslada con rapidez a una ambulancia camino al hospital Al Ahli, también en ciudad de Gaza y donde han llegado más de 40 heridos.

Sanaa explica que la zona atacada por Israel es una manzana residencial, que albergaba más de 20 viviendas. Dice que la suya había sido edificada, por una institución humanitaria, tan solo cuatro meses antes de la guerra que comenzó en octubre de 2023.

"Ahora mira, ¿cómo está mi casa ahora?", se pregunta.

El pasado 4 de abril, las tropas israelíes entraron en Shujaiya a fin de extender la denominada "zona de seguridad", según un comunicado castrense, terminología con la que el Ejército se refiere al perímetro que vacía de población, y a veces también por completo de edificios, próximo a la línea divisoria con Israel.

El gazatí Abu Abdalá, de 68 años y también vecino de Shujaiya, dice que estaba durmiendo cuando escuchó el estruendo de un gran golpe. "Salí corriendo y encontré que habían bombardeado la zona de Amsa, donde hay unas 80 personas", dice a EFE.

El anciano agradece a Dios que su casa sólo fue dañada de forma parcial -con las ventanas destruidas y grietas en la pared-, pero muchos de sus vecinos no han corrido la misma suerte. Dice que más de 10 casas han sido completamente destrozadas.

Desde que empezó la ofensiva israelí contra Gaza el 7 de octubre de 2023, más de 50.800 personas han muerto, la mayoría mujeres y niños, y otras 115.000 han resultado heridas, muchas con lesiones y amputaciones de por vida.

Sólo desde el 18 de marzo, cuando Israel rompió de forma unilateral el alto el fuego y retomó los ataques, cerca de 1.500 palestinos han muerto, más de un tercio menores de edad o niños. EFE

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