Argelia y Francia intentan de nuevo refundar sus relaciones, históricamente sensibles

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Argel, 5 abr (EFE).- Las relaciones de Argelia con su expotencia colonial, Francia, atraviesan a menudo altibajos pero desde el pasado verano viven la peor crisis diplomática desde la independencia del país magrebí en 1962.

Estas son las claves que marcan las sensibles relaciones entre los dos países y los motivos que han llevado al reciente distanciamiento que los presidentes de Francia, Emmanuel Macron, y Argelia, Abdelmadjid Tebboune, intentan superar.

"Los dos jefes de Estado reiteraron su deseo de renovar el fructífero diálogo que habían establecido con la Declaración de Argel de agosto de 2022 y que se tradujo en fuertes gestos en materia de memoria, en particular la creación de la comisión mixta de historiadores franco-argelinos", declararon tras la llamada telefónica del pasado 31 de marzo con la que desactivaron la reciente crisis.

Marcada por un doloroso pasado colonial (1830-1962) y las derivadas de una amplia población de origen argelino asentada en Francia, la comunicación entre Argel y París ha estado históricamente cargada de una alta susceptibilidad.

Durante la visita de Macron a Argel en 2022, la segunda de este al país magrebí y la primera con Tebounne como presidente, los dos mandatarios sellaron con la llamada Declaración de Argel la refundación de las relaciones.

Ponían fin entonces a otra crisis diplomática por unas supuestas declaraciones filtradas de Macron acusando al "sistema político-militar argelino" de utilizar "las rentas de la memoria".

Tebboune y Macron superaron en 2022 el enfriamiento diplomático con una renovada asociación al tiempo que mostraron una notable afinidad personal.

El presidente de Argelia dijo entonces que el acercamiento "no habría sido posible sin la propia personalidad del presidente".

El pasado mes de julio, la nueva dinámica quedó estacada con el giro de Francia ante el contencioso del Sáhara Occidental, cuando Macron consideró a la propuesta de autonomía marroquí sobre la excolonia española como la "única base" para solucionar el conflicto.

Argel retiró inmediatamente a su embajador y desde entonces las relaciones se han deteriorado progresivamente con un escalada verbal en la esfera político y mediática a ambos lados del Mediterráneo.

Durante la conmemoración el pasado 1 de noviembre del 70 aniversario de la guerra de liberación, Tebboune acusó en un duro discurso a Francia de "haber dejado estragos" en el país magrebí después de 132 años de colonización.

La detención el 16 de noviembre del escritor argelino, Boualem Sansal, cuando regresaba a Argel agravó aún más la deteriorada situación. Macron solicitó la liberación del intelectual, nacionalizado francés en 2024.

Sansal, que cuestionó las fronteras argelinas en un publicación de ultraderecha, suscitó una viva polémica en Argelia, donde sus posicionamientos son considerados como "antinacionalistas".

Argel consideró que el escritor era "venerado por la extrema derecha francesa", después de haber recibido el apoyo de políticos como Eric Zemmour.

El escritor ha sido condenado a cinco años de prisión por atentar contra la integridad territorial, entre otros cargos, tras lo que el presidente francés pidió a Tebboune el indulto por "su edad y salud".

A principios de año, la tensión aumentó aún más por la detención en Francia de varios "influencer" argelinos que habían llamado a utilizar la violencia contra quienes se oponían al régimen argelino.

Argel rechazó aceptar a quienes eran expulsados incluidos nacionales en situación irregular, como el hombre que en febrero llevó a cabo un atentado islamista en la ciudad de Mulhouse (noreste).

París amenazó con una revisión de los acuerdos bilaterales, mientras Argel rechazaba ultimatums y acusaba a la extrema derecha francesa de agitar las hostilidades.

En un gesto para destensar la situación, Tebboune calificó el mes pasado los ocurrido de "alboroto" y señaló a Macron como el "único punto de referencia" para resolver la crisis, con quien finalmente retomó el diálogo el pasado 31 de marzo en una llamada telefónica.

Para superar la reciente crisis, los dos jefes de Estado han acordado "un retorno a este diálogo en pie de igualdad entre dos socios que constituyen actores protagonistas, europeo y africano, y que están comprometidos con la legalidad internacional así como con los objetivos y principios decretados por la Carta de las Naciones Unidas".

El ministro francés de Exteriores, Jean-Noël Barrot, tiene encomendado en su visita de mañana domingo a Argel presentar "un programa de trabajo ambicioso" y un calendario para relanzar la cooperación entre los dos países.

La memoria

La memoria sigue siendo parte de la restitución de las relaciones con la reactivación de la comisión mixta de historiadores franco-argelinos, que estable la Declaración de Argel, y que ha tenido recientes resultados con el reconocimiento por parte de París en la responsabilidad en las muertes de los nacionalistas argelinos, Ali Boumendjel y Larbi Ben M’hidi.

Los dos presidentes se comprometieron a "trabajar estrechamente" con "espíritu de amistad, haciendo posible abordar todos los aspectos de la relación bilateral" hacia "la eficiencia y los resultados". EFE