
La Cámara Baja del Parlamento alemán, el Bundestag, ha paralizado el arranque de la sesión en la que debía votarse una reforma para endurecer las leyes migratorias para dar margen a las negociaciones entre los partidos tras el terremoto político que ha supuesto que el principal partido de la oposición, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), se haya apoyado esta semana en la ultraderecha para sacar adelante dos mociones.
El miércoles, y por primera vez, Alternativa para Alemania (AfD) se sumó a una mayoría parlamentaria para reclamar al Gobierno un endurecimiento de la política migratoria, lo que desató críticas no sólo del canciller, el socialdemócrata Olaf Scholz, sino también de figuras conservadoras como la anterior jefa de Gobierno, Angela Merkel.
Para este viernes, estaba convocada una nueva votación que se encaminaba a un resultado similar, con la diferencia de que ya no se trata de mociones no vinculantes sino de un paquete legislativo que implicaría suspender las reunificaciones familiares de refugiados y aumentar las devoluciones en caliente en frontera.
La sesión en el Bundestag debía haber comenzado a las 10.30, pero ha quedado aplazada de forma indefinida. El Partido Demócratico Libre (FDP), que inicialmente preveía respaldar la reforma, ha cambiado de postura en el último momento y ha planteado devolver a comisión el texto en busca de un consenso dentro del "centro político", como ha argumentado su líder, el exministro Christian Lindner.
El jefe del grupo socialdemócrata en el Parlamento, Rolf Mutzenich, cree que es "lo correcto", aunque ha advertido de que no basta con que los liberales cambien de bando.
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