Guterres lamenta la constante degradación en Birmania a los cuatro años del golpe

El secretario general de la ONU, António Guterres, denuncia la crítica situación humanitaria en Birmania, con millones de desplazados y graves violaciones a los derechos humanos, a cuatro años del golpe militar

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Naciones Unidas, 30 ene (EFE).- El secretario general de la ONU, António Guterres, lamentó este jueves que la situación en Birmania "sigue degradándose con consecuencias devastadoras para los civiles" al cumplirse el sábado cuatro años del golpe militar en ese país asiático que derrocó al Gobierno democrático.

Para Guterres, es preocupante que los militares mantengan su intención de celebrar elecciones con un conflicto armado en el país "que incluye bombardeos aéreos y generalizadas violaciones a los derechos humanos", lo que hace imposible que los birmanos ejerzan sus derechos políticos, según expresó en un comunicado.

Pero no son solo los derechos políticos los que se han degradado, sino las meras condiciones de vida: casi un tercio de la población (19,9 millones de birmanos) necesitan asistencia humanitaria, es decir, veinte veces más que hace cuatro años, y muchos viven en zonas donde la situación es tan peligrosa que no puede encaminarse la asistencia.

Por ello, Guterres llama a "todos los actores implicados" -gobierno militar y distintas guerrillas- a, por un lado, cesar las hostilidades y permitir así "una transición a la democracia y el poder civil"; por otro, a que los países de la región garanticen la protección de los que huyen de la represión, un llamamiento especialmente dirigido a Bangladés, destino preferente de la minoría de los rohinyas.

Más de 3,5 millones de personas siguen internamente desplazadas en Birmania, cifra que puede subir a 4,5 millones en 2025 dado que los choques armados se van extendiendo, y con ellos la inseguridad alimentaria.

La ONU se ha mostrado particularmente dura con Birmania -como con Afganistán-, y se ha negado a reconocer el régimen militar de Rangún; en contraposición, los golpes de Estado registrados en varios países de África en los últimos cinco años (Mali, Burkina, Níger, Gabón, Guinea) han sido de algún modo 'validados' por la ONU, que ha terminado reconociendo a los líderes de facto sin mucha tardanza. EFE