El invierno ruso pierde este año su vitola de temible

Temperaturas anómalas en Rusia alcanzan hasta 13 grados por encima de lo habitual; clima similar a primavera despierta flora y fauna, prevén un febrero cálido y con escasas precipitaciones

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Moscú, 30 ene (EFE).- El temido invierno ruso este año no asusta a nadie: en el 75 por ciento del territorio de Rusia se registran temperaturas completamente anómalas que superan entre 7 y 13 grados centígrados las habituales para esta época, marcando récords históricos.

"Las actuales condiciones del tiempo son las de mediados de abril. Estamos viviendo una primavera meteorológica”, dijo a EFE Yevgueni Tishkovets, uno de los "hombres del tiempo" más populares de Rusia.

Durante cuatro días consecutivos las máximas diarias en Moscú rompen los registros históricos con temperaturas máximas, como este jueves, de hasta 7 grados sobre cero, sin heladas por la noche, lo que ha provocado el despertar de la flora y la fauna.

"Los grajos ya han llegado antes de lo previsto, el hielo ha empezado a desplazarse, los osos han salido de sus guaridas y deambulan por los bosques, e incluso las abejas han despertado en algunas regiones", señala Tishkovets.

El meteorólogo, que lleva el canal de Telegram "Guardián del Tiempo" y rostro habitual en la televisión, indicó que el aumento y la disminución de las temperaturas del planeta son un fenómeno cíclico y que desde hace un siglo la Tierra se encuentra en una fase de calentamiento.

"Si en todo el mundo la temperatura ha aumentado respecto a la norma de calentamiento en torno a 1,5 grados centígrados, en Rusia el incremento ha sido de 2,5 grados, mientras que en las zonas árticas alcanza los 5 grados", explicó.

Según los modelos climáticos elaborados por el Centro Meteorológico Fobos, del que Tishkovets es uno de sus principales especialistas, este fenómeno continuará los próximos cinco o diez años, pero ya por inercia.

"Debido a ello se ha producido un desplazamiento de las zonas climáticas de sur a norte que calculo de entre 300 y 500 kilómetros. Por ejemplo, el clima en Moscú se corresponde con el de Voronezh (…) y el de Krasnodar es casi como el Oriente Medio", añadió el meteorólogo.

En Moscú, la falta de nieve es un alivio para los servicios municipales, que se han ahorrado sacar a las calles maquinaria y camiones para retirarla, y para los automovilistas, que han evitado grandes atascos, habituales en la temporada invernal.

A mediados de este mes, la capital presentaba un manto níveo, ya desaparecido, de entre apenas 1 y 3 centímetros de nieve, cuando para esas fechas en un invierno considerado normal este era de unos 27 centímetros.

Los más decepcionados por la ausencia de nieve son, quizás, los niños moscovitas, que han tenido que olvidarse de sus trineos y esquíes.

Pero Tishkovets adelanta que la próxima semana el invierno volverá a asomarse, aunque tímidamente, en gran parte de la parte europea de Rusia.

"En febrero las temperaturas serán entre 4 y 7 grados superiores a la norma climática, con un déficit de precipitaciones de entre un 10 y 30 por ciento. Pero si hablamos en términos generales, el invierno este año no recuperará sus posiciones", pronosticó.

Por ello, agregó el meteorólogo, el próximo mes no se registrarán grandes heladas ni se acumularán los 30-40 centímetros de nieve que son habituales en febrero para las regiones occidentales del país. EFE

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