La ONU rechaza las acusaciones de Ruanda contra la MONUSCO sobre un intento de "cambio de régimen"

La MONUSCO reafirma su mandato en el conflicto del este de la RDC mientras el M23 toma el control de Goma, en medio de tensiones entre Ruanda y el gobierno congoleño

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El jefe de las operaciones de paz de Naciones Unidas, Jean-Pierre Lacroix, ha rechazado este lunes las acusaciones de Ruanda, que ha señalado a la Misión de la ONU en República Democrática del Congo (MONUSCO) por intentar llevar a cabo un "cambio de régimen" en el país.

"La MONUSCO tiene un mandato y ese mandato es muy claro. Es apoyado por el Consejo de Seguridad (...). No hay ningún otro propósito ni otras actividades que se estén llevando a cabo más que las necesarias para la implementación del mandato de la MONUSCO", ha señalado en una rueda de prensa.

Asimismo, Lacroix ha indicado que una de las prioridades ahora es "proteger" a los trabajadores y las instalaciones de Naciones Unidas después de que al menos tres 'cascos azules' hayan muerto como consecuencia de los combates en el territorio.

Esto se produce después de que el embajador de Ruanda ante la ONU, Ernest Rwamucyo, haya acusado a la MONUSCO de ir "más allá de su mandato de mantenimiento de la paz y protección de los civiles". "Se ha unido a una coalición más amplia con un objetivo claramente declarado: lograr un cambio de régimen en Ruanda, que es otro Estado miembro de la ONU", dijo.

El grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) ha asegurado este domingo por la noche que ha tomado el control de Goma, capital de la provincia de Kivu Norte, en el este de República Democrática del Congo (RDC), en medio del repunte del conflicto entre el Ejército congoleño y el grupo, que tiene respaldo de Ruanda.

El M23 es un grupo rebelde integrado principalmente por tutsis congoleños que lanzó una nueva ofensiva a finales de 2022, tras el conflicto entre 2012 y 2013, que se saldó con un acuerdo de paz, lo que ha elevado las tensiones entre RDC y Ruanda, que acusa a Kinshasa de reprimir a los tutsis congoleños con apoyo de grupos armados como las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR) --fundada por hutus huidos del genocidio en 1994 en territorio ruandés-- y otras milicias locales.