Nairobi, 15 ene (EFE).- Un ministro keniano aseguró que su hijo fue secuestrado por el servicio de inteligencia del país durante las protestas antigubernamentales del pasado año y que solo la intervención del presidente, William Ruto, permitió su liberación, mientras crecen las críticas contra el Gobierno keniano por las desapariciones forzadas registradas en el país.
En una declaración hecha a la Policía y recogida este miércoles por medios locales, el ministro de la Administración Pública, Justin Muturi, afirmó que su hijo Leslie fue secuestrado por el Servicio Nacional de Inteligencia (NIS) keniano el pasado 22 de junio, cuando Muturi ocupaba el cargo de fiscal general del país.
La información se conoció mientras crecen en Kenia las quejas por los secuestros y las desapariciones forzadas registradas durante los últimos meses.
En su relato de los hechos, Muturi aseguró que su nuera le informó el 22 de junio pasadas las 21.30 hora local (18.30 GMT) de que su hijo "había sido secuestrado pocos minutos antes por matones encapuchados y armados".
Al enterarse de los hechos, el ministro se puso en contacto con el entonces inspector general de Policía, Japhet Koome, y otros altos cargos del Gobierno y de las fuerzas de seguridad kenianas, muchos de los cuales le dijeron que debía tratarse de un robo, si bien las características de los atacantes hacían pensar al ministro que se trataba de agentes de seguridad.
"Entre las 10.00 y las 11.00 de la mañana (del día siguiente), un amigo de la NIS me llamó para informarme de que mi hijo estaba siendo retenido por su gente", algo que negó el director general de esa agencia, Noordin Mohamed Haji, narró Muturi en su declaración.
Finalmente, el ministro se dirigió a la State House, sede de la Presidencia en Nairobi, para compartir lo sucedido con Ruto, a quien había enviado un mensaje con anterioridad.
Aunque el presidente bromeó en un principio, preguntándose por qué motivo podría ser secuestrada una persona solo por participar en las protestas, según el relato de Muturi, Ruto acabó llamando él mismo a Haji, quien confirmó finalmente que el NIS estaba reteniendo al joven y prometió liberarlo "en el plazo de una hora".
El caso de Muturi ha generado muchas reacciones en la población keniana, que lo ven como una prueba más de la implicación de las autoridades en una campaña de secuestros y desapariciones forzosas para amedrentar cualquier disidencia contra el Gobierno.
En este sentido, la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Kenia (KNCHR, por sus siglas en inglés) informó el pasado 26 de diciembre de que en los últimos tres meses se registraron "trece casos de secuestros o desapariciones forzadas", lo que eleva a 82 el total de casos desde junio de 2024, cuando estallaron protestas de jóvenes contra los planes del presidente Ruto de introducir nuevos impuestos.
A medida que aumentan las críticas contra los secuestros, el Servicio Nacional de Policía de Kenia ha negado su participación, mientras que el presidente keniano prometió a finales de diciembre poner fin al problema.
"Lo que se ha dicho sobre los secuestros, los detendremos para que los jóvenes kenianos puedan vivir en paz, pero deben tener disciplina y ser educados para que podamos construir Kenia juntos", afirmó Ruto.
El pasado 6 de enero, cinco jóvenes supuestamente secuestrados por agentes de seguridad en diciembre por su activismo antigubernamental fueron liberados tras días de protestas públicas, una semana después de que la Policía dispersara con gases lacrimógenos en Nairobi una protesta contra las desapariciones en el país. EFE
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