Argel, 14 ene (EFE).- Cientos de tunecinos, en dos manifestaciones diferentes, conmemoraron este martes el 14 aniversario de la huida del Zine El Abidine Ben Ali y el fin de dos décadas de dictadura, con demandas de libertad y la excarcelación de los "detenidos políticos".
"Celebramos este evento histórico que marcó la caída de la dictadura de Ben Ali. Sin embargo, desde el 25 de julio (de 2021, cuando el presidente, Kais Said, se hizo con plenos poderes), estamos presenciando un preocupante retroceso: todo lo que habíamos ganado gracias a esta revolución parece desmoronarse poco a poco", declaró a EFE, Imed Khmiri, portavoz del partido islamista, Ennahda, cuyos líderes están en prisión.
Ennahda, principal partido opositor del Parlamento que Said disolvió en 2021 tras lo que cambió el sistema político parlamentario, conforma con otro partidos la llamada coalición Frente de Salvación Nacional (FSN) que convocó una protesta al medio día frente al Teatro Municipal de Túnez.
Agitando banderas tunecinas y palestinas, el FSN, principal coalición opositora, reunió a figuras conocidas y ciudadanos anónimos bajo el lema: "Libertad, de las cárceles tunecinas a Palestina".
Los participantes mostraron pancartas con los rostros de presos políticos como Rached Ghannouchi, líder de Ennahdha, Habib Ellouze, Riadh Bettaib, Noureddine Bhiri y otros exdiputados detenidos.
Según Human Rights Watch, más de 170 personas continían encarceladas en Túnez por motivos políticos, varios sin juicio desde 2022.
Chaima Issa, dirigente del FSN y procesada por “ofensas” al presidente, tomó el micrófono: "Hola, revolución. Hola, libertad. Hoy celebramos la salida de un dictador, pero la historia parece repetirse. Frente al populismo, debemos volver a estos lugares simbólicos y recordar que la revolución sigue viva", declaró.
El 14 de enero seguía siendo para los manifestantes el día de la revolución, aunque el presidente Said lo reemplazó oficialmente por el 17 de diciembre, que conmemora el aniversario de la inmolación en 2010 del joven vendedor ambulante, Mohammed Bouazizi, considerado resorte de la Primavera Árabe.
Por la tarde, tomaron el relevo jóvenes enmascarados y miembros de la sociedad civil en las escaleras del teatro: "El pueblo quiere la caída del régimen", gritaban, reviviendo los ecos de 2011.
Para ellos, la revolución no se discute, se reclama y se defiende, decían.
La manifestación avanzó hacia las barreras policiales en la avenida de Habib Bourguiba, acompañado por el ritmo ensordecedor de los tambores.
"Esta revolución, la del 17 de diciembre al 14 de enero, es la revolución de la libertad. Las detenciones arbitrarias solo refuerzan nuestra voluntad de mantener viva esta memoria y construir un futuro donde ya no sean necesarias", dijo a EFE Anas Kaddoussi, abogado y defensor de derechos humanos.
Cuando cayó la noche, la protesta se disolvió, con cánticos y consignas de que "la revolución sigue presente". EFE
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