Lisboa, 27 dic (EFE).- El primer ministro de Portugal, el conservador Luís Montenegro, afirmó este viernes que está "atónito" y "muy perplejo" por las críticas recibidas tras una redada policial la semana pasada que dejó imágenes de decenas de migrantes en la calle con los brazos sobre la pared registrados por los agentes.
El jefe del Ejecutivo, que hizo estas declaraciones durante la investidura de dos nuevos secretarios generales, tachó de "impropio" que se considere como expresión de una forma de gobernar "extremista" lo que son acciones de naturaleza preventiva en contextos localizados.
Montenegro indicó que la seguridad no es algo de derechas o de izquierdas sino "un bien de la persona y de la sociedad" y aseguró que "no existe en Portugal ninguna acción policial dirigida contra ninguna comunidad específica".
"Somos un país que necesita de emigrantes y que al querer regular su entrada en Portugal les quiere garantizar dignidad", dijo el primer ministro, quieren remarcó que "Portugal es uno de los países más seguros del mundo" y que tiene que continuar siéndolo.
La Inspección General de la Administración Interna (IGAI) ha anunciado una investigación sobre esa actuación de la Policía de Seguridad Pública (PSP), llevada a cabo el pasado 19 de diciembre en las proximidades de la plaza de Martim Moniz de Lisboa, en concreto en la calle do Benformoso, con una importante población migrante, procedente en su mayoría de Asia.
Como resultado de esa redada, los agentes detuvieron a dos ciudadanos portugueses, uno por posesión de "un arma prohibida" y estupefacientes y otro sospechoso de ocho robos.
La operación ha sido criticada por varios partidos políticos, como los socialistas, el ecologista Livre y el Bloco de Esquerda, y por grupos promigrantes. EFE