Las muertes que no son calificadas con una causa crecen en Uruguay y generan preocupación en el gobierno

La suma de los fallecimientos con causas imprecisas ubica al país entre aquellos que tienen una “baja calidad” de información; el Ministerio de Salud Pública inició una auditoría

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Las muertes que no son
Las muertes que no son calificadas con una causa específica se convirtieron, en el último año, en la tercera causa de muerte en Uruguay

La muertes que no son clasificadas con una causa específica en Uruguay viene creciendo en el último tiempo y generan preocupación en el Ministerio de Salud Pública, que prepara una auditoría para saber qué es lo que está detrás. Además, la suma de los fallecimientos que están mal definidos o cuyas causas son imprecisas ubica al país entre los que tienen una baja calidad de información.

Así surge de datos del Ministerio de Salud Pública (MSP) informados este miércoles por El Observador.

Las muertes que no son calificadas con una causa específica se convirtieron, en el último año, en la tercera causa de muerte en Uruguay. Fueron más de 5.000 los casos y están registradas como “códigos basura”, como se le llama en la jerga a los datos que no tienen utilidad estadística ni son válidos para ejecutar una política sanitaria.

La demógrafa Catalina Torres fue quien presentó estos datos en la última jornada académica de Epidemiología y Salud Pública y quien señaló que la suma de muertes mal definidas y las causas imprecisas colocan a Uruguay entre los países con “baja calidad” de información.

El Ministerio de Salud Pública
El Ministerio de Salud Pública prepara una auditoría para saber qué es lo que está detrás de los fallecimientos sin causa (AP Foto/Matilde Campodonico)

En la Comisión Honoraria de Salud Cardiovascular tienen la teoría de que las causas mal definidas ocultan, en realidad, muchas muertes por razones cardiovasculares que no se especifican. Por eso, esta comisión inició un trabajo en conjunto al MSP y algunas unidades académicas de la Facultad de Medicina de la universidad estatal.

“El certificado de defunción es parte del proceso asistencial, no un mero acto administrativo, y, por tanto, su correcto llenado es responsabilidad de los médicos”, explicó el presidente de esa comisión, el cardiólogo Alejandro Cuesta.

Ante esta situación, el MSP mantuvo una primera reunión con distintos prestadores de salud. Plantearon la gravedad del problema y la necesidad de iniciar una especie de “auditorías” para corregir los certificados más completados, según informó ese medio uruguayo.

Si bien los certificados de defunción son un acto que lo completa el médico de manera directa, el MSP quiere que exista una especie de sistema de alerta ante los formularios más llenados. “La falta de formación hace que a veces se confunda la forma de morir con la causa. La muerte súbita es una forma de morir y no la causa que lleva a la muerte y que permite construir conocimiento para la ejecución de políticas”, explicó Cuesta.

Sospecha que las causas mal
Sospecha que las causas mal definidas ocultan, en realidad, muchas muertes por razones cardiovasculares que no se especifican (Freepik)

Esta situación, de acuerdo al artículo periodístico, se puede ejemplificar con lo que sucede en Paysandú, uno de los departamentos limítrofes del país. Allí no se sabe de qué murió una quinta parte de los fallecidos en el último año: según los datos oficiales, es imposible adjudicar una causa de muerte específica a 238 de los 1.215 fallecidos que hubo en el año.

En ese departamento, casi un tercio de los mayores de 85 años falleció por algo que no se sabe qué es. Es un porcentaje similar al observado en esas edades en Florida y que, a escala país, ronda el 19%. La mayoría son, a la vez, muertos en su domicilio y que el médico adjudicó como “muerte natural”.

El Observador también informó que hasta hace 10 años este tipo de muertes eran en torno al 8% de los fallecidos. Sin embargo, esa cifra creció hasta superar el 14% de los decesos. Hay un 69% de los fallecimientos de 2024 que se apuntaron como “muerte natural”.

Los mismos datos del MSP muestran que en 2024 la cantidad de nacimiento del año fue similar a la de 1888. Esto significa que por cuarto año consecutivo en Uruguay murió más gente de la que nació, un escenario que expertos estimaban para más adelante pero que la pandemia aceleró.